Solución al problema 32: vamos a suponer que, al menos una de las “dos mitades” es la aritmética, es decir, el resultado de dividir un número entre 2. Si es así, ya tenemos dos “sospechosos”: 12 y 14. Para elegir al “culpable” debemos plantearnos de qué otra forma podemos considerar la mitad del número. Enseguida debe venir la idea de la mitad como cada porción que obtenemos al cortar algo en dos partes iguales. ¿Y cómo podemos partir un número?
Una forma es trazar una línea que divida el propio símbolo del número en dos mitades. Así, la mitad de 8 puede ser 0 o 3 (y no sólo 4, como probablemente pensabas).
Ahora bien, un rápido repaso a nuestros sospechosos nos permite comprobar que su “mitad” no es ninguno de los números buscados. Salvo que los expresemos de otra manera... ¡En números romanos!
Si “llevamos al laboratorio” la expresión de 12 y 14 en número romanos (respectivamente, XII y XIV,), el XIV no resiste las pruebas pero al hallar la mitad de XII... ¡obtenemos 7 en números romanos.
Solución al problema 34: Dado que sólo podemos recolocar los números y que, reorganizándolos, no hay ninguna igualdad posible, habrá que plantearse otras estrategias. Si ya has resuelto el problema anterior, dispones de una de las armas secretas: un 6 se recoloca como un 9, con lo que podríamos convertir la igualdad en:
79 = 24
Si probamos con las distintas organizaciones de las cifras, hay una que debería “encender algunas alertas”:
72 = 49
Dado que el 49 es el cuadrado de 7, sólo nos queda elevar un poco el 2 para que se convierta en un exponente y dé lugar a una igualdad correcta.
7 ² = 49
Solución al problema 37: Es imposible que al quitar cinco palillos quede un único palillo. Entonces a qué se refiere con que quede uno. Basta quitar cinco palillos estratégicamente situados y, ¿qué nos queda? ¡La palabra uno!
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